A la hora de escoger un veterinario, un propietario nunca va a decantarse únicamente por las habilidades profesionales del especialista. Por supuesto, debe mostrar experiencia en el trato de enfermedades animales, conocimientos y soluciones, además de contar con unas instalaciones adecuadas para aplicar todos los tratamientos necesarios. Sin embargo, más allá de todas estas cuestiones que se suponen a cualquiera que se denomine profesional, existen otras cualidades que cualquier propietario va a demandar de quien debe encargarse de la salud de su mascota. Entonces, ¿cómo ser un buen veterinario a nivel personal?

Cómo ser un buen veterinario a nivel personal

Para empezar, un buen veterinario es aquel que no ve a sus pacientes únicamente como una fuente de ingresos. Los animales requieren la misma dedicación y cuidados que un paciente humano, de modo que, un buen veterinario, será aquel que trate a sus pacientes de la misma manera que lo haría con una persona. Además, debe mostrar ciertos comportamientos que consigan crear una relación buena con el animal y con su propietario.

Empatía

Esta cualidad es sumamente importante para desempeñar cualquier profesión que requiera el trato con otros seres. Ponerse en el lugar de otro no es fácil, comprender, escuchar y aportar soluciones es una tarea ardua, pero también necesaria para el trabajo parta de un ambiente positivo y de tranquilidad.

Cariño

La forma de tratar a los animales, de hablarles y tocarlos dice mucho de un veterinario. Un buen veterinario creará una buena relación con sus pacientes, tendrá un cariño especial por ellos y se implicará en su cuidado a nivel personal. Es difícil ser un buen profesional si no te gusta tu profesión, ¿no?

Preocupación

Un buen veterinario mostrará una preocupación real por la salud de las mascotas. Estará dispuesto a todo por ayudarles y mejorar su estado aplicando sus conocimientos y buscando alternativas si no cuenta con las herramientas necesarias.

Formación

Aunque ya tenga muchos conocimientos adquiridos, un buen veterinario tratará de mantenerse informado de las novedades respecto a tu trabajo. La formación nunca termina, siempre se pueden aprender cosas nuevas para ofrecer un servicio más avanzado y adecuado.

Disponibilidad

Mantener unos horarios establecidos es importante en cualquier profesión. Sin embargo, un buen veterinario estará disponible para atender urgencias que se presenten en cualquier momento, o, en todo caso, tendrá un sustituto de confianza que pueda prestar ese servicio si no tiene forma de ofrecerlo personalmente.

Respeto

Es importante que muestre un respeto total hacia su propio trabajo y hacia sus pacientes. Debe resolver dudas, atender a los pacientes con cuidado y tratar de calmar los nervios de los dueños sin juzgarles, porque ellos son los primeros interesados en que el animal recupere su buena salud.

Se pueden añadir otras habilidades como la facilidad de palabra a la hora de explicar lo que le ocurre al animal; pero, en todo caso, es más importante la forma de actuar y de relacionarse con las mascotas. Ahora que ya sabes cómo ser un buen veterinario a nivel personal, tienes todas las herramientas para ganarte la confianza y el cariño de tus clientes. ¿Cuántas de estas características cumples? ¿Hay otras que consideres importantes en tu profesión? Cuéntanoslo en un comentario.